sábado, 16 de julio de 2011

Stavanger (Noruega) a Svenstrup (Dinamarca)

Amaneció un día plomizo y con previsión de lluvia, como despedida de Noruega.

Ya no hay renos, no hay alces fantasmas, en el sur de Noruega lo que abundan son ovejas, cabras y vacas. Sin embargo se mantuvieron otras señas de identidad del país como túneles, puentes, carreteras sinuosas y, por supuesto ...obras.
Llegamos a Kristiansan algo mojados; muy animados porque llegábamos para coger el Ferry de la una treinta.

Cual fue nuestra sorpresa al encontrar que en la compañía Noruega todos los Ferrys a Dinamarca del día estaban completos. Tras preguntar en la otra compañía conseguimos billetes para el de las cuatro y media. Al tener cinco horas por delante decidimos darnos un paseo (bajo el chirimiri) por Kristiansan.

Dos horas antes nos dirigimos al embarque y ya había cola.Hbía muchas motos esperando y muchíisimos coches.

El Ferry fue puntual. Tenía cuatro plantas para vehículos con dos rampas de entrada a distintos niveles. Luego tres plantas más para pasajeros, incluidos clase "Business". Los más sorprendente  de todo fue la sensación de que había más pasjeros que plazas, pues estábamos repartidos por los asientos, bares, recepción,...Tenía incluso un "duty free" dentro con carritos y salía la gente con ellos llenos.
A las ocho menos cuarto de la tarde tomamos tierra en Dinamarca y decidimos rodar un rato para adelntar camino, hasta que la lluvia nos aconsejó buscar hotel y descansar. Añadir que las montañas noruegas se convirtieron en extensas llanuras danesas, y las sinuosas carreteras en rectas interminables.


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